II Parte
Sin tanto aparato se comprueba que ni calor ni luz nos manda el sol, lo que hacer deducir que aquel cuerpo no difiere en naturaleza de este mundo, su hijo. Lo que el sol nos manda son sus vibraciones magnéticas que son del potencial justo a mantener en la equidistancia eléctrica necesaria a su marcha y estabilidad y gradualmente ascendente, según va tirando escorias (OZONO), que depuran sus habitantes de la escala zoológica principalmente, de la que el hombre forma a la cabeza, y recoge para su alma esas esencias sustraídas, graduando por ese medio la magnitud de la reflexión de las ondas etéreas que, su absorción, al contacto con el espíritu encarnado, refleja más la luz natural y emite más clara la suya propia. Esta es la ley que podéis dudar y aun negar si os place, astrónomos. Pero no habréis cambiado por eso la ley.
La astronomía está muy mal auxiliada si el astrónomo no es un buen conocedor de física y la química: esto como ciencia pero sí como esencia no es un espíritu facultativo, es decir, un MÉDIUM CONSCIENTE, para desdoblarse y llegar al mundo que enfoca su aparato, NADA O CASI VERA.
La astronomía, en el gobierno del espiritismo, será la lección primera de los estudios superiores pero se dedicarán a ella exclusivamente a los hombres de facultades de videncia y desdoblamiento, que no pueden ser miopes, sino que multiplicarán la potencia del telescopio del que sólo necesitan para la fotografía que no será confusa, como lo es hoy, puesto que con la videncia y palpación material de los objetos para fijarlos en sus puntos y escalas justas.
En el gobierno del espiritismo las astronomía será tan popular y la astrología tan familiar, que el hombre comprenderá bien el mágico engranaje de la máquina del universo en la que marchamos.
Entre tanto, el espiritismo exige a los astrónomos la mayor perfección de los aparatos necesarios a los estudios de la geometría estelar.
Necesitamos hacer una observación muy importante respecto a la mecánica, necesaria para la observación de un mundo en sus hemisferios, por ejemplo, el sol, en un periodo que abarque el tiempo de una evolución. Si están cerca del cálculo del tiempo que el sol emplea en su revolución y tienen el diámetro (más o menos exacto) que a nuestra vista se muestra el disco, entonces no habría más que construir un objetivo que abarque todo el disco y enfocarlo en un día dado de nuestra primavera, manteniéndolo enfocado todo el tiempo de la revolución.
En la estación otoñal, ha de buscarse la parte ocultada en la observación primaveral, hasta obtener las totales partes; y podrían entonces formar la esfera solar, como hemos formado la nuestra, dividido sus tierras y sus mareas y entonces se sabrá lo que son las mentidas montañas “manchas”.
Claro está que es necesario montar el anteojo sobre una máquina de relojería muy precisa a seguir el Sol en su marcha, que es por donde debieron empezar, con lo cual habrían visto al sol y a cualquier otro cuerpo, en todos sus puntos. Sí podemos indicar esto ¿no es suficiente a demostrar lo que el espiritismo hará de la astronomía? En la tierra hay material para fabricar potentes anteojos para ver los Martianos y Venusianos como ellos nos ven a nosotros. No importa que lo crean o lo nieguen. Pero el sol no es una OLLA MISTERIOSA NI EN EBULLICIÓN. Sic. Hasta luego hermanos, nos veremos en la meta.
La astronomía está muy mal auxiliada si el astrónomo no es un buen conocedor de física y la química: esto como ciencia pero sí como esencia no es un espíritu facultativo, es decir, un MÉDIUM CONSCIENTE, para desdoblarse y llegar al mundo que enfoca su aparato, NADA O CASI VERA.
La astronomía, en el gobierno del espiritismo, será la lección primera de los estudios superiores pero se dedicarán a ella exclusivamente a los hombres de facultades de videncia y desdoblamiento, que no pueden ser miopes, sino que multiplicarán la potencia del telescopio del que sólo necesitan para la fotografía que no será confusa, como lo es hoy, puesto que con la videncia y palpación material de los objetos para fijarlos en sus puntos y escalas justas.
En el gobierno del espiritismo las astronomía será tan popular y la astrología tan familiar, que el hombre comprenderá bien el mágico engranaje de la máquina del universo en la que marchamos.
Entre tanto, el espiritismo exige a los astrónomos la mayor perfección de los aparatos necesarios a los estudios de la geometría estelar.
Necesitamos hacer una observación muy importante respecto a la mecánica, necesaria para la observación de un mundo en sus hemisferios, por ejemplo, el sol, en un periodo que abarque el tiempo de una evolución. Si están cerca del cálculo del tiempo que el sol emplea en su revolución y tienen el diámetro (más o menos exacto) que a nuestra vista se muestra el disco, entonces no habría más que construir un objetivo que abarque todo el disco y enfocarlo en un día dado de nuestra primavera, manteniéndolo enfocado todo el tiempo de la revolución.
En la estación otoñal, ha de buscarse la parte ocultada en la observación primaveral, hasta obtener las totales partes; y podrían entonces formar la esfera solar, como hemos formado la nuestra, dividido sus tierras y sus mareas y entonces se sabrá lo que son las mentidas montañas “manchas”.
Claro está que es necesario montar el anteojo sobre una máquina de relojería muy precisa a seguir el Sol en su marcha, que es por donde debieron empezar, con lo cual habrían visto al sol y a cualquier otro cuerpo, en todos sus puntos. Sí podemos indicar esto ¿no es suficiente a demostrar lo que el espiritismo hará de la astronomía? En la tierra hay material para fabricar potentes anteojos para ver los Martianos y Venusianos como ellos nos ven a nosotros. No importa que lo crean o lo nieguen. Pero el sol no es una OLLA MISTERIOSA NI EN EBULLICIÓN. Sic. Hasta luego hermanos, nos veremos en la meta.
Por: Pedro Sandrea.
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